sábado, 2 de julio de 2011

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En mi ciudad, en mi estado, en mi país, en mi mundo hay una enorme cantidad de problemas, unos más complejos que otros así como algunos más urgentes que otros. El hecho es que la sociedad, y el intento de convertirla en una organización más funcional y más benigna, genera problemas, muchísimos. Y hay muchas personas que quieren resolver dichos problemas, que quieren encontrar una solución. Luego de algún tiempo, nos damos cuenta de que todo pasa por los procesos políticos, de que cualquier cambio que queramos realizar a nivel social, a nivel comunitario, necesariamente se topa con la realidad política y con la necesidad de interactuar con ese poder, el poder político, para lograr el cambio que se busca. No importa el área en la cual queramos generar un cambio positivo, no importa si se trata de cuestiones jurídicas, ecológicas, educativas o lo que sea: nada puede hacerse si no es por medio de la política.

¿Qué cosa es la política? En realidad, y ya es un lugar común decirlo, todos somos animales políticos, sin importar si no ejercemos como diputados, senadores o cualquier otro cargo de elección popular. Todos utilizamos la política y todos estamos inmersos en ambientes llenos de política: el trabajo, los amigos, la familia incluso. En todas partes los seres humanos nos relaciones entre nosotros y creamos grupos de poder o de influencia, de un modo completamente personal y podría decirse que inconsciente. La política puede perfectamente ser, podría decir, “privada”. Podríamos definirla como el entramado de relaciones personales que cada ser humano teje a su alrededor y la manera en que “utiliza” dicho entramado para lograr tal o cual objetivo. Todos, absolutamente todos, hacemos esto. Sin embargo, existe otra forma de entender la palabra política: se trata de la política “pública”, esa que ejercen aquellos, y aquellas, que se encuentran en una posición que les provee de cierto poder de tipo público, ya sea diputados, alcaldes, gobernadores, presidentes o incluso algunas personas que no tienen ningún cargo específico, pero que mantienen una influencia mayor o menor para ciertos grupos de poder, como partidos políticos, sindicatos o secretarías (caso, por ejemplo, de Salinas de Gortari, quien, aunque ya no ocupa ningún cargo, sigue “ejerciendo” en ciertos aspectos; o Cuauhtemoc Cárdenas en el PRD, o Cevallos y Fox en el PAN). Esa segunda definición de la política, la pública, es la que interesa en este blog.

Las decisiones, las acciones en la política pública afectan nuestra vida, para bien o para mal. Nos conciernen, pues, a todos. Y nos conviene ser críticos, ser cautelosos: se trata de un poder demasiado grande como para no tomarlo en cuenta y no detenernos a pensar, y a debatir, sobre lo que se hace con él. Para eso nace esta zona política, para ponerlo todo en duda.

3 comentarios:

  1. hola alex, me parece buena tu idea de separar tus textos, los poemas no tienen porque ensuciarse junto a los problemas de nuestra sociedad actual.
    saludos!
    p.d. ya actualicé mi blog un pokito y espero volver a escribir seguido...saludos!

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  2. pff tuve que buscar en tu perfil del face como un choorrro hasta que encontre un enlace a tu blog porque no me acordaba como se llamaba, pero ya no se me olvida..creo

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  3. jejeje, esperemos que no. me daré una vuelta por tu abandonado blog.

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